De todo el agua que existe en la Tierra, ni siquiera un 3% es agua dulce, por eso es nuestra obligación no derrocharla. Con pequeños gestos podemos obtener grandes beneficios:

• Cerrar el grifo mientras nos lavamos los dientes o nos afeitamos ahorra 3 litros.
• La cisterna del baño consume 15 litros de agua cada vez que se acciona.
• Utilizar la ducha frente al baño puede ahorrar 150 litros de agua.
• Si utilizamos la lavadora o el lavavajillas a plena carga ahorramos 50 litros de agua en cada uso. Cuando compres uno, que tenga la máxima eficiencia energética.No malgastes agua aclarando los platos antes de ponerlos en el lavavajillas. En los antiguos se recomendaba repasar primero pero los aparatos modernos son tan poderosos que suelen ser capaces de limpiarlo todo, por muy incrustado que esté.
• Un grifo abierto gasta hasta 5 litros/min.
• Un grifo que gotea supone un gasto de 30 a 50 litros al día.
• Usa un recipiente con un poco de agua para lavar varias piezas de fruta y vegetales a la vez, en vez de lavarlas una por una bajo el grifo. Con este pequeño gesto ahorrarás una gran cantidad de agua que de otro modo se desperdiciaría por el fregadero.
• Agua fría en la nevera. Si dejas siempre una jarra de agua fría en la nevera no tendrás que esperar cuando abras el grifo a que salga fresca, ahorrando una importante cantidad de líquido elemento.
• Utiliza atomizadores o difusores. Los atomizadores son unos pequeños artilugios que se colocan en la salida del agua de los grifos y que permiten mezclar el agua con aire. Así conseguirás una sensación de mayor chorro con una menor cantidad de líquido, lo que te permitirá ahorrar agua.
• Regar siempre de noche. Durante el día las altas temperaturas evaporan parte del agua que emplees en regar tus plantas, siendo el momento más recomendable del día al atardecer o el amanecer. Puedes recoger el agua de la lluvia en cubos y aprovecharla para regar.
• Elije plantas autóctonas. Cuando pienses qué plantas colocarás en tu jardín ten en cuenta sus necesidades hídricas, pues no consume la misma cantidad de agua un cactus que una kentia o un geranio.